Texto y fotos de Salvador González Escovar.

 

El alhelí del Teide (Erysimum scoparium) es un arbusto pequeño y compacto con tallos erectos, muy ramificado desde la base. Tiene las hojas lineares o lineari-lanceoladas, pubescentes, con los pelos medifijos y con los bordes de las hojas enteros o ligeramente dentados.

 

Flores pediceladas, agrupadas en los extremos, de color malva. Fruto una silícua erecta que se abre portando las semillas en hileras.

 

Especie presente, localmente abundante, en la zona de cumbres de Gran Canaria (var.lindeyi), de Tenerife y de La Palma.

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Planta pequeña, compacta, leñosa, entre 5 y 10 cm. de alto. Hojas de borde entero, algo arrosetadas, de forma linear o estrechamente lanceolada y de color verdoso plateado.

Brácteas involucrales exteriores parecidas a la hojas, pinnatisectas y con espinas, las interiores algodonosas con los bordes pardos y la punta negra y con una larga espina terminal, lígulas rosadas o cremosas, floreciendo entre diciembre y marzo normalmente.

Fruto en vilano formado por cerdas plumosas unidas por la base.

Es una especie en peligro de extinción, limitada a las costas rocosas y de suelos pobres, en las zonas sureste de Tenerife y Gran Canaria.

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Planta rupícola colgante o rastrera, de base leñosa. Hojuelas lineares, de 10 a 18 mm. de largo con pelos sedosos y de color verde pálido.

Floración abundante de color rojo encendido, con arista de pico largo y pétalos alados.

Es un endemismo tinerfeño muy raro, localizado y puntual en zonas concretas de los pinares del sur y norte de la isla, entre los 1.500 y 2.000 m.s.n.m.

Se creyó extinta en su medio natural hasta que en 1951 Ceballos y Ortuño recogen una cita de Santa Úrsula. Anteriormente solo se conocía en el Barranco de Tamadaya (Arico) y en La Florida (La Orotava), aunque más recientemente se han encontrado nuevos ejemplares en el pinar de Vilaflor y en el Barranco del Río.

La planta se encuentra cultivada en muchos jardines como tapizante ornamental.

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El naranjero salvaje (Ilex perado ssp. platyphylla) es una subespecie endémica del archipiélago canario. Pertenece a la familia de las aquilofoliáceas, de la misma familia que el acebiño.

Este árbol puede alcanzar hasta los 15 metros de altura. El tronco es recto, la corteza es grisácea y más o menos lisa, y las ramas se disponen más bien horizontalmente y algo caídas alrededor del tronco.

Las hojas son brillantes, normalmente más grandes que las del acebiño, de hasta 15 cm. de largo y 8 cm. de ancho. Su forma es ovada u orbicular. Los bordes son ondulados y con espinas (recordando a las del acebo) apuntando hacia el ápice y con espina terminal en el ápice de cada hoja. En algunas hojas las espinas son menos prominentes y el borde es casi entero.

Flores dioicas, reunidas en grupos, de color blanco-rosado.

Frutos en forma de drupa, de entre 6 y 9 mm. de diámetro, de color rojo oscuro a negruzco en la madurez.

Es una especie exigente en humedad ambiental y edáfica, por lo que habita las zonas más húmedas y profundas de los bosques de laurisilva, donde puede llegar a ser localmente abundante, distribuyéndose solamente en Tenerife y La Gomera, entre los 700 y 900 metros de altura sobre el nivel del mar.

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Arbusto endémico de Gran Canaria, restringido su hábitat natural a la zona noroccidental de la isla. Se trata de una especie rupícola que crece en laderas rocosas y riscos, compartiendo hábitat con el pino canario, breo, jara, tomillos, etc.

El algafitón es un arbusto pequeño con hojas compuestas, imparipinnadas y estípulas muy grandes, con las hojuelas glaucas y los bordes aserrados.

Inflorescencias monoicas con forma de espiga alargada, erecta y ascendente, y de color crema, las flores femeninas en la parte superior de la espiga y las masculinas por debajo. Florece desde la primavera temprana hasta el verano, de febrero a julio.

Fruto con forma de nuez pequeña, de unos 2 mm. de tamaño, dura, marrón y cuadrangulada.

Es una especie de gran valor científico desde el punto de vista evolutivo y biogeográfico, ya que el género es endémico de Gran Canaria y presenta dos especies. Su reproducción óptima por semillas y su resistencia a las condiciones adversas hace apropiado su cultivo en jardines botánicos con vistas a su conservación. A pesar de eso, la especie se encuentra en situación vulnerable y poco satisfactoria debido a las talas y al pastoreo en su hábitat natural.

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Arbusto de hasta 1,5 m. de alto, muy ramificado desde la base.

Hojas enteras, de forma linear-lanceoladas, toscamente dentadas y pegajosas al tacto y de color verde claro.

Capítulos florales solitarios, de forma cónica, de donde surgen flósculos de color amarillo pálido o crema, todo ello en el extremo de largas, numerosas y erectas espigas. Brácteas involucrales sin apéndice, bordes fimbriados. Florece entre julio y agosto, fructificando en septiembre.

Fruto en forma de cerda esférica marrón que contiene multitud de diminutas semillas que se dispersan por el viento.

Esta especie de cabezón habita entre los 1.700 y 2.200 m.s.n.m., siendo endémica de las cumbres de Tenerife, en Las Cañadas del Teide, Cumbres de Vilaflor y de Güímar, habitando zonas de derrubios, escorias, grietas de acantilados y en suelos pumíticos compactados, siendo localmente abundante en algunos de los lugares citados anteriormente y entrando en contacto con el pinar en determinadas zonas.

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La amargosa es un arbusto de hasta 1 metro de altura, de tallo grisáceo y follaje verde glauco con hojas carnosas y gruesas, las cuales tienen hasta 5 cm de largo y forma ovada u ovado-lanceolada y dentadas hacia la punta.

Destaca por su elegante porte y sus capítulos de flores amarillas. Es endémica de Tenerife, bastante rara, muy localizada y limitada a la región del parque rural de Teno, habitando desde los 50 hasta los 400 m. de altura, excepcionalmente hasta los 700-800 m., y en riscos basálticos inaccesibles con orientación solana, y de carácter fundamentalmente rupícola debido a la presión de ganado asilvestrado y a la actividad humana, siendo la única representante del genero endémico Vieraea, nombre dedicado al célebre historiador y naturalista canario Viera y Clavijo.

Florece y fructifica en primavera y verano.

Especie de indudable valor científico, tratándose de una auténtica joya botánica, por su rareza que provoca que se encuentre amenazada de extinción y también por tratarse de un género monoespecífico.

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Arbusto de hasta 1 m. de alto, aspecto achaparrado y ramas tortuosas. Hojas de forma lanceolada a elíptica, muy vellosas, con bordes ciliados y plateados.

Hojas más pequeñas y de un color verde más apagado que en la jara típica del pinar canario.

Floración abundante con pétalos rosados, cápsulas vellosas, floreciendo entre los meses de mayo y julio, fructificando en julio-agosto, siendo eficaz su reproducción por semillas.

La jara de Las Cañadas del Teide es un endemismo local muy amenazado debido al pastoreo durante épocas pasadas en las cumbres de Tenerife, aunque en la actualidad se observa como la especie se recupera a partir de viejos ejemplares que sobreviven en acantilados, formándose rodales de jóvenes plántulas en las zonas de piedemonte, pareciendo existir un incremento en el número de individuos.

Se conocen cuatro poblaciones en áreas muy puntuales del parque nacional, en su parte oriental y occidental, en torno a altitudes de 2.200 m.s.n.m.

Aunque es posible ver esta planta refugiada en acantilados, su mejor desarrollo lo adquiere en zonas de derrubios y canchales, especialmente en aquellos lugares donde las cenizas volcánicas han ayudado a la formación de un sustrato más propicio.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

 

Arbusto pequeño muy ramificado, de hojas compuestas con tomento patente, imparipinnadas, foliolos pequeños con bordes dentados y de color verde brillante por el haz y apagado por el envés.

Planta monoica, flores masculinas y femeninas separadas en la misma inflorescencia, floreciendo en primavera y fructificando en verano.

Frutos aplanados, de forma subglobosa.

El rosal del guanche es una planta endémica de las cumbres de Tenerife y La Palma, en alto grado de amenaza debido al bajo número de ejemplares en ambas islas, a causa principalmente de la predación que sufren por parte de herbívoros introducidos, como muflones y arruís, además de ser objeto de coleccionistas y floristas.

Habita por encima de los 1.800 m.s.n.m., participando de las comunidades arbustivas rupícolas, probablemente como refugio a la antigua depredación por parte del ganado caprino, en el sector suroccidental del parque nacional de Las Cañadas del Teide y cumbres noroccidentales de la Caldera de Taburiente.

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Arbusto de hasta 1.5 metros de alto con grandes rosetas elevadas de hojas estipuladas y compuestas imparipinnadas, las hojuelas con un número variable entre 7 y 11, brillantes por el haz y de bordes dentados, cortamente pecioladas y de forma estrechamente ovada.

Inflorescencias suberectas con pequeñas flores rojizas, floreciendo entre marzo y mayo, fructificando entre mayo y julio, y reproduciéndose con facilidad por semillas y esquejes.

Fruto subgloboso, pequeño de unos 4 mm. de diámetro.

Es una especie exclusiva de Gran Canaria, donde además es muy rara (se estima que quizá no llegue al centenar de individuos la población natural) y creciendo en una extensión bastante limitada, en los Riscos de Tirajana y al oeste de La Culata, alrededor de los 1.600 metros de altitud, con marcado carácter rupícola en laderas rocosas y sobre riscos, dentro del piso bioclimático del pinar canario y acompañada de especies como la margarita plateada, bejeque rosado, escobón, mosquera de Tirajana y retama amarilla.