Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Especie vegetal endémica de Gran Canaria, en peligro de extinción que se halla incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y que precisa de un plan de recuperación. Se trata de una especie asociada al pinar, que crece en los acantilados en la orilla de los pinares y también entre la maleza de las laderas secas de la parte oriental de la Isla, ambas áreas de elevada pendiente con suelo escaso. Por este motivo, se puede interpretar como reliquia de una vegetación más abundante en tiempos pasados.

Es un arbusto de hasta 1,5 m, con hojas estrechamente lanceoladas, más o menos brillantes.

Inflorescencias densas, formando racimos terminales, con flores de color rojizo oscuro y naranja que florecen de mayo a junio. Frutos en capsula, con numerosas semillas.

Asimismo, es una planta de gran interés científico debido a su biología reproductiva, ya que los agentes en su sistema de polinización son los pequeños pájaros que comparten su hábitat, sobre todo horneras o mosquitero canario (Phylloscopus canariensis).

VIÑÁTIGO (PERSEA INDICA)

16 noviembre, 2017

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

El Viñátigo (Persea indica) es un endemismo macaronésico perteneciente a la familia de las lauráceas. Este árbol puede superar los 20 metros de altura, de copa amplia, siempre verde, densa y ramificada. Su tronco es más o menos recto y robusto, con la corteza agrietada en los ejemplares adultos y de color gris oscuro.

Las hojas son grandes, dispuestas alternamente alrededor de las ramas, de hasta 15 cm. de largo, de forma lanceolada, agudas u obtusas, de borde entero y de color verde tierno (comparadas con otras especies de laurisilva), algo blanquecinas en el envés. Cuando envejecen las hojas adquieren una característica tonalidad rojiza antes de caer del árbol.

Las flores son amarillentas, hermafroditas, dispuestas en pequeños racimos en torno a las ramas.

Los frutos son de forma elipsoide de unos 2 cm. de largo, de color negro-azulado al madurar, normalmente agrupados. Los frutos son muy apetecidos, al igual que los de otras lauráceas, por las aves, especialmente las palomas turqué y rabiche.

Este árbol forma parte de los bosques de laurisilva poco alterados. Es una especie que requiere suelos profundos y constante humedad edáfica, por lo que prefiere los valles y vaguadas más húmedas de los bosques de laurisilva, donde puede llegar a ser localmente frecuente.

También puede encontrarse de forma testimonial en cauces de barrancos con arroyos permanentes fuera de la zona del monteverde, hallándose su óptimo desarrollo entre los 500 y 900 metros de altura sobre el nivel del mar.

Se distribuye por todas las islas excepto Fuerteventura y Lanzarote

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Es un arbusto pequeño de hasta 70 cm. de altura, tallo leñoso, de hojas verde y blanco, finas, más bien membranosas, rugosas y velloso-glandulares, de forma ovado-lanceolada y bordes aserrados.

Inflorescencia laxa, con corola de color blanco y labios marrón-rojizos. Florece y fructifica de abril a junio.

Especie muy rara, escasa y local, cuyos individuos se refugian en lugares escarpados de difícil acceso y geológicamente inestables.

La baja capacidad germinativa hace que la planta no desarrolle el suficiente dinamismo, viéndose relegada sus pequeñas poblaciones a un área geográfica bastante reducida y localizada, dentro del Barranco del Infierno (Macizo de Adeje, Tenerife), entre los 500 y 600 metros de altitud.

Vive en pequeños andenes, riscos y acantilados húmedos, sobre materiales basálticos antiguos, presentando casi siempre un marcado estado rupícola.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

El cardón de Jandía es un arbusto suculento, cactiforme, de hasta 80 cm. de alto, a menudo densamente ramificado. Tallos de color gris en la base, alternando con el verde en la parte terminal, con entre  8 y 14 nervaduras acanaladas y espinas erectas, grises, apareadas, rectas, de hasta 2 o 3 cm. de largo y un copete de espinas rojizas en el ápice de los tallos que muestra el crecimiento de los mismos.

Flores pequeñas de color verde-rojizo, desarrollándose en el extremo de los tallos y floreciendo a finales de primavera o verano.

Frutos en forma de pequeñas cápsulas marrón-rojizas, con buena producción de semillas aunque son parasitadas por un coleóptero. La germinación «in vitro» en condiciones normales llega hasta el 80%

Como su nombre indica se trata de un endemismo local de Fuerteventura, limitándose exclusivamente a la región de Jandía, entre Morro Jable y el Faro de Jandía, donde existen no más de media docena de localidades en las que habita este cardón, y en alturas comprendidas entre los 50 y 150 m.s.n.m.

Crece en zonas rocosas, laderas de derrubios y de arenas volcánicas en zonas costeras y áridas propias del cardonal-tabaibal.

Las escasas poblaciones de esta especie se encuentran amenazadas debido al desarrollo turístico de la zona donde habita, al tráfico rodado fuera de las pistas de tierra y al expolio por parte de coleccionistas, razones por las cuales es una planta muy rara y en peligro de extinción.

ACEBUCHE (OLEA CERASSIFORMIS)

10 noviembre, 2017

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Tradicionalmente las poblaciones de acebuche presentes en Canarias se venían considerando como la especie Olea europaea ssp cerasiformis descrita para Madeira, pero tras un reciente estudio genético se concluyo que las poblaciones de Madeira y Canarias estaban lo suficientemente separadas genéticamente como para ser separadas en distintas subespecies, por tanto los acebuches canarios pasan a denominarse Olea cerassiformis.

El acebuche u olivillo (Olea cerassiformis) es una especie endémica canaria que pertenece a la familia de las oleáceas, pariente silvestre del olivo que se cultiva para la producción de aceite y aceitunas.

Es un árbol que puede alcanzar los 5 o 6 metros de altura, siendo frecuente como arbusto. El tronco es más o menos liso y muy ramificado desde la base, con la corteza de color grisácea. La copa es globosa, tupida, adquiriendo una tonalidad verde pálido.

Las hojas son opuestas, simples, de borde entero, de forma linear-lanceolada, color verde brillante por el haz, escamoso-blancas por el envés, de hasta 8 cm. de largo, duras al tacto y con el nervio principal bien marcado.

Flores hermafroditas, de color blanco-amarillento, pequeñas, agrupadas en panículas axilares y muy abundantes.

Fruto de forma elipsoide, carnoso, como pequeñas aceitunas o drupa, conteniendo una semilla, de color negruzco en la madurez y de aproximadamente 1 cm. de longitud.

Este arbolillo forma parte de los bosques termófilos de las zonas bajas, localmente abundante en riscos y barrancos con cierta humedad en las fachadas orientadas al norte, noroeste y noreste, encontrándose habitualmente entre los 100 y 600 metros de altitud sobre el nivel del mar, de distribución más restringida y local en las vertientes sur de las islas, al igual que ocurre con otros árboles de ambientes termófilos. En ocasiones, al igual que ocurre con los sabinares y palmerales, este árbol forma bosques monoespecíficos en los que es la especie arbórea dominante.

Se distribuye por todas las islas.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

El barbusano (Apollonias barbujana) es un árbol perenne que puede alcanzar los 25 metros de altura.

El tronco, en los ejemplares adultos, es de color pardo sucio, cuya corteza se va cuarteando en placas grandes a medida que envejece.

Las hojas son duras, enteras, alternas, de color verde oscuro, brillantes, de forma anchamente lanceoladas a ovadas, bordes algo revolutos y a menudo tienen unos abultamientos conocidos como «agallas» que producto de la picadura de ciertos insectos. Los brotes tiernos de las hojas son rojizos.

Las flores son hermafroditas, de color amarillento pálido, agrupadas en racimos junto a las hojas y pequeñas.

Frutos ovoides de hasta 1.5 cm. de longitud de color negruzco o violáceo cuando maduran.

El barbusano es un endemismo macaronésico que habita en Canarias en todas las islas excepto Lanzarote y Fuerteventura. Su hábitat son los bosques de laurisilva, especialmente en la franja inferior de los mismos donde puede llegar a ser frecuente localmente, o en sus zonas más secas y soleadas de transición a ambientes termófilos.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

El sauce o sao (Salix canariensis) es un endemismo macaronésico perteneciente a la familia de las salicáceas.

Es un árbol pequeño o arbusto robusto de hasta 10 metros de altura, caducifolio. El tronco tiene una corteza lisa, de color grisáceo, ramificado y de copa abierta.

Hojas simples de forma oblonga a lanceolada, dispuestas alternamente sobre las ramas, de borde entero o ligeramente crenado (algo irregular), pubescentes (algodonosas) por el envés, de hasta 18 cm. de largo por 5-6 cm. de ancho y de color verde tierno y blandas al tacto.

Flores dioicas, existiendo árboles masculinos y árboles femeninos, agrupadas en amentos erguidos y cilíndricos de entre 5 y 10 cm. de longitud, a modo de espigas péndulas con pequeñas flores de color amarillento las masculinas.

Los frutos son pequeños, agrupados en la misma disposición que las flores, cada fruto con forma de cápsula bivalva que desprenden muchas semillas y provistas de apéndices plumosos que les ayuda a dispersarse con el viento.

El sauce canario está ligado a lugares con presencia continua de agua, como en los márgenes de arroyos permanentes de los cauces de los barrancos, tanto de las fachadas norte como de la sur, de las islas por donde se distribuye, también en nacientes naturales en bosques de laurisilva aprovechando la lluvia horizontal de la zona de brumas o en cotas más bajas si hay suficiente humedad edáfica.

Se reparte por Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, El Hierro y La Palma.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Arbustillo achaparrado de entre 10 y 30 cm. de altura, ramas terminando en espinas y con claras adaptaciones a las condiciones desérticas, con hojas linearifiliformes, pubescentes o pelosas al tacto, pequeñas, espatuladas, de borde entero y grises. 

Flores normalmente solitarias, corola campanulada, blancas o rosa pálido, floreciendo y fructificando durante el invierno y primavera, desde enero a junio, siendo habitual encontrar simultáneamente flores y frutos maduros.

Habita en zonas costeras cubiertas de arenas calcáreas barridas por el viento, creciendo también sobre sustrato arcilloso o de piroclastos cementados, pero siempre ricos en carbonato cálcico.

Es una especie endémica de las islas de Gran Canaria (región sureste entre Tufia y la desembocadura del Barranco de Tirajana) y Fuerteventura (muy rara en Jandía), desarrollándose siempre por debajo de los 50 m. sobre el mar.

El Chaparro se encuentra amenazado de extinción debido al uso turístico y residencial de los lugares costeros donde habita, a pesar de lo cual en Gran Canaria se concentran las poblaciones más numerosas.

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El delfino (Pleiomeris canariensis) es un endemismo exclusivo de las islas canarias perteneciente a la familia de mirsináceas.

Se trata de un pequeño árbol perenne que puede alcanzar entre los 4 y 6 metros de altura. El tronco es recto con la corteza lisa y blanquecina. La ramificación es abundante.

Las hojas son grandes, con el nervio principal prominente, normalmente de entre 15 y 20 cm. de largo por 7-9 cm. de ancho, coriáceas, alternas, duras, brillantes, normalmente agrupadas al final de las ramas, con el borde entero y algo revoluto, de forma elíptica, ovalada u oblonga y de ápice obtuso o redondeado.

Las flores están dispuestas sobre las ramas, son pequeñas, numerosas y de color pálido.

La fructificación es cuantiosa en forma de frutos globosos o aplanados por el ápice, de entre 5 y 7 mm. de ancho, de color morado en la madurez.

Este árbol se encuentra en las comunidades marginales del monteverde, unas veces en su límite inferior en las zonas de transición a los restos termófilos, y otras veces en lugares más o menos aclarados y soleados de los bosques de laurisilva o en escarpes cercanos, barrancos, etc, entre los 200 y 900 metros de altura sobre el nivel del mar. En todo caso se trata de una especie rara con poblaciones muy locales que hace que se encuentre amenazada. Se distribuye en Tenerife y Gran Canaria, y tal vez en La Palma.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Arbusto de hasta 1 metro de alto con hojas uni o bipinnatisectas, glabrescentes con las pinnas estrechas y lineares.

Capítulos florales en corimbos densos, radiales, liguladas con 8 lígulas. Florece normalmente en marzo o abril y fructifica un mes después, multiplicándose por semillas o esquejes.

La magarza pegajosa es un endemismo de Gran Canaria, de amplia distribución aunque sus poblaciones repartidas por el centro, sur y oeste de la isla tienen pocos individuos.

Existen dos variedades dentro de la isla (ferulaceum y latipinnum) viviendo en ambos casos en laderas rocosas y eriales correspondientes al cardonal-tabaibal y bosques termófilos.