Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Hierba perenne con rizoma. Tallos de hasta 60 cm. de largo, a menudo leñoso por la base.

Hojas basales grandes, de forma ovada.

Flores en cimas escorpioides apareadas, cáliz con pelos ganchudos. Corola azulada, a veces rosada de hasta 1 cm.

Planta común en los bosques de laurisilva de las islas centrales y occidentales.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Arbusto de hasta 50 cm., muy ramificado desde la base, con hojas lineares o lanceoladas, algodonosas por ambas caras y bordes con espinas.

Inflorescencias en largos pedúnculos de hasta 50 cm., con entre 3 y 6 capítulos amarillentos de 1 cm. de diámetro cada uno. Florece entre julio y septiembre.

La malpica es un endemismo local de Las Cañadas del Teide, creciendo sobre terrenos pumíticos, zona de derrubios, grietas de rocas basálticas y lava, entre los 1.700 y 2.100 m. de altitud. También aparece en la parte superior de los pinares de Arico y Vilaflor, formando parte del sotobosque del mismo.

La especie se encuentra bien representada en la cumbre insular, especialmente en lo alto de la vertiente sur, donde forma amplios rodales, aunque antiguamente se encontraba amenazada por el sobrepastoreo en la zona  y por la presencia de los muflones.

 

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Mata leñosa de porte pulviniforme, tallos cortos, muy ramificados con las hojas densamente blanco tomentosas, alargadas, de forma ovada-lanceoladas y largos peciolos.

Inflorescencias con raquis largos, rematados en espicastros terminales de flores blanco-amarillentas. Florece y fructifica normalmente de junio a septiembre.

Es una planta xerófila y heliófila, habitando en las fisuras y gleras de los acantilados y borde superior de los sectores sur y sureste del parque nacional de Las Cañadas del Teide, formando parte del cortejo florístico que se desarrolla en los claros del retamar-codesar, y habitando entre los 2.000 y 2.500 m.s.n.m., tratándose por tanto de un endemismo botánico local del parque nacional.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Planta perenne con tronco leñoso y con abundantes restos de peciolos escuamiformes, ramas pubescentes, muy surcadas. Hojas basales unipinnadas, segmentos de ovados a rotundos, toscamente dentados, blanco-pubescentes.

Inflorescencia umbeliforme de color blanco.

Fruto subglobular, velloso-aterciopelado al tacto.

El perejil de cumbre es un endemismo botánico de la zona subalpina de las Cañadas del Teide en Tenerife y de las cumbres de la Caldera de Taburiente en La Palma, localmente abundante entre los 1.900 y 2.500 m. de altura aproximadamente, habitando preferentemente zonas rocosas, grietas de riscos y laderas pedregosas.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

 

Arbusto pequeño y delgado de hasta 70 cm. de alto. Hojas de hasta 8 cm.de largo, espatuladas y obovadas, pinnatífidas, más o menos sésiles, glabras y glaucas.

Inflorescencias corimbosas con pedúnculos cortos. Capítulos de hasta 1,5 cm. de diámetro con las lígulas de color amarillo pálido. Florece entre enero y mayo, fructificando en julio, reproduciéndose por semillas y esquejes.

La margarita de Famara es un endemismo de Lanzarote, con pequeño número de poblaciones y con alta demanda coleccionista, lo que provoca que las poblaciones naturales tengan un estado de conservación preocupante, repartidas al norte de la isla, en los Riscos de Famara, Peñas del Chache, Montaña de La Corona, y en la zona sur, dentro del Paisaje Protegido de La Geria.

Habita entre los 150 y 600 m.s.n.m., preferentemente en riscos orientados al norte y noroeste, en los dominios del matorral termoesclerófilo

Se utiliza en jardinería local y en viveros para conseguir cultivares de jardinería más atractivos.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Arbusto denso y muy ramificado con hojas enteras, subglabras y bordes doblemente aserrados.

Flores pequeñas, dispuestas en espigas terminales o axilares que sobresalen del resto de la planta, con los sépalos redondeados y corola con 4 0 5 lóbulos de color rojo oscuro a morado.

Frutos en forma de cápsula más o menos ovoides, abriéndose generalmente por 2 valvas o poros, conteniendo muchas semillas diminutas.

Habita en Las Cañadas del Teide, muy común localmente y característica de la zona subalpina de La Fortaleza, Llano de Ucanca, Los Roques, El Portillo, Dorsal de Pedro Gil, pudiendo invadir pinares y zonas más bajas de la isla, normalmente entre los 1.600 y 2.400 m.s.n.m

En la Palma es más esporádica en pinares de Garafía y de Cumbre Vieja.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

La cresta de gallo es un arbusto pequeño de hasta 1.5 m. de alto con hojas simples, alternas, brillantes, de forma lanceolada a ovadas, escasamente pubescentes por el envés y bordes serrados.

Flores de color anaranjado vivo, densas y dispuestas en racimos terminales y cónicos, bracteados con caliz pentalobulado, más corto que el tubo de la corola, que es bilabiada con el labio superior más largo que el inferior.

Frutos en forma de cápsula marrón al madurar albergando multitud de diminutas semillas.

Especie característica del sotobosque de los bosques de laurisilva y del fayal-brezal, creciendo también en barrancos húmedos en La Palma, La Gomera y Tenerife.

Texto y fotos de Salvador González Escovar

Este largo circuito senderista de unos 20 kms. de longitud comienza en el barrio isorano de Chiguergue. Al principio se sigue una estrecha pista asfaltada en dirección sur y ligeramente ascendente, hacia el pintoresco pueblo de Chirche.

La pista se abandona en una curva mediante sendero indicado (PR. 69) y limitado por muretes de piedra de malpaís, en un entorno volcánico en el que prosperan almendros, higueras, tuneras, tabaibas, verodes, bejeques, inciensos, tajinastes, vinagreras, jaguarzos, cornicales y demás plantas de la zona seca.

Al llegar a Chirche, atravesamos el pueblo subiendo y continuamos nuestra dirección por el PR 69 hacia El Jaral, sin llegar a él, pasando por pequeños barrancos en los que dispersos pinos canarios van invadiendo sus vertientes.

Cuando alcanzamos la zona conocida como El Frontón en un cruce de senderos nos dirigimos hacia el Barranco de Tágara mediante el sendero PR. 70, con lo que la subida se hace más evidente y pronunciada siguiendo el límite norte del Barranco del Pozo, bastante más profundo que los otros vecinos que hemos dejado atrás hasta llegar aquí. La amplia panorámica de las medianías y costa isorana se desparraman a nuestros pies, visión que además se alarga en dirección norte hasta divisar los escarpes del Macizo de Teno, más allá de los pinares que pueblan la Dorsal volcánica de Abeque, y hacia el sur destaca la Montaña Tejina, poco más allá de los caseríos de El Jaral, de Las Fuentes y del Barranco de Guaría.

Bastante más arriba llegamos al borde sur del Barranco de Tágara, inconfundible tajo que alberga uno de los pinares más maduros de la isla, amén de su profundidad y de los grandes paredones laterales con los que nos obsequia a este nivel altitudinal.

Continuamos subiendo próximos al borde del barranco en un largo y cansino ascenso entre un tupido pinar, pasando por la casa forestal de Tágara, para tras ello adentrarnos decididamente en los dominios del Barranco de Tágara pero siempre próximos a la arista sur del tajo.

El barranco se atraviesa por su tramo alto, a unos 1.800 m.s.n.m., bajo los descomunales paredones que se desploman desde sus vertientes laterales y desde su cabecera, tajo cuyo nacimiento se encuentra por debajo de la Montaña del Cedro y cerca de la torre de vigilancia de incendios, en un desplome súbito y repentino del relieve visto desde arriba. 

Al cruzar el salvaje cañón por su parte más espectacular, nos sentimos aislados del resto del mundo, invadidos por el silencio abrumador que impera entre estos farallones y que reducen el horizonte vital del caminante a una estrecha y caótica franja, percibiendo a la vez como los viejos pinos canarios, algunos muertos, ennegrecidos y secos pero aún erguidos con sus ramas esqueléticas, tras sufrir los efectos de catastróficos y numerosos incendios ocurridos en la zona, junto a otros con los grandes troncos partidos o arrancados de cuajo y arrastrados por las avenidas torrenciales y por desprendimientos de grandes rocas, nos enseñan que esta descomunal fisura en la corteza terrestre puede suponer tanto un refugio como un cementerio forestal.

Después de atravesar el Barranco de Tágara nos encaminamos, ya con tendencia descendente, al siguiente tajo vecino por el norte, el de Las Pegurias, de menor profundidad que el anterior. Tras cruzarlo bajamos continuamente por la lomada repleta de escobones que lo divide del siguiente barranco por el norte, el del Cedro, llegando tras una dilatada bajada a Chirche, completando el circuito montañero, y desde ahí ya solo nos queda poco más de 1 km. de pateo hasta Chiguergue.

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Arbusto pequeño perenne, de tallo hirsuto muy ramificado, con ramas suculentas, largas, gruesas, muy vellosas y blancas por debajo de las rosetas foliares.

Hojas arrosetadas en el extremo de las ramas, y grandes con glándulas lineares y evidentes, bordes rojizos y crispados, irregularmente ciliados.

Flores normalmente mayores que en otras especies del mismo género, de color amarillo dorado, muy vistosas y abundantes, sobresaliendo del resto de la planta. Florece en mayo-junio, fructificando en verano y al igual que otras especies del mismo género, sus pequeños frutos capsulares de color marrón proporcionan multitud de diminutas semillas, reproduciéndose también por esquejes.

Puede hibridarse con el Aeonium spathulatum.

Es una especie exclusiva de Tenerife, con una distribución dispersa, geográfica y altitudinalmente, por la vertiente sur de la isla, desde los 200 hasta los 2.400 m.s.n.m., entre los que se encuentra la Ladera de Güímar y barrancos aledaños, pinares de Guía de Isora, de Vilaflor y paredes del Circo de Las Cañadas del Teide, siempre desarrollándose en ambientes rupícolas, lo que en cierto modo garantiza su relativamente buen estado de conservación

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Arbusto muy ramificado desde la base, de hasta 1 metro de alto. Existen dos variedades con poblaciones aisladas, una de hojas enteras y lanceoladas (var. isoplexiphyllus) y otra de hojas divididas, pinnatilobadas, con los lóbulos lanceolados y obtusos (var. Junonianus). Las hojas son olorosas por la presencia de sustancias amargas.

Pedúnculos de 15-20 cm. de largo, ramificados, portando cabezuelas o flósculos de color rosado-púrpuras, muy abundantes, floreciendo en primavera y fructificando en verano presentando un alto poder germinativo.

Fruto en forma de receptáculo con cerdas, esférico de color marrón al madurar.

Es un endemismo palmero muy local, encontrándose por ello amanazada de extinción, y restringido a la zona volcánica sur de la isla, al sur de Fuencaliente, con dos poblaciones muy próximas entre sí, en torno a los 300 m. de altitud sobre el nivel del mar.

La especie se encuentra amenazada por diversas causas, como la construcción de canales, recolecciones, etc.

Vive en matorrales, acompañada de vinagreras o tajinastes, que se desarrollan sobre las grietas de los roques fonolíticos (como el Roque Teneguía), no apareciendo en el sustrato volcánico circundante. Prefiere las orientaciones soleadas.